BRASIL


Brasil llega al Mundial de 2014 con una selección competente pero irregular, en la que sólo sobresale Neymar, y que encabeza la lista de los favoritos al título por ser la anfitriona y contar con el aliento de una afición ardorosa.

El apoyo de la "torcida" y el clima abrumador sobre los rivales fue un factor importante en el triunfo de la selección anfitriona en la Copa Confederaciones de 2013, cuando Brasil arrolló en la final a un equipo técnicamente superior como es España (3-0).

El seleccionador nacional, Luiz Felipe Scolari, que lleva un año en el cargo, usó ese torneo para inculcar a su equipo un carácter competitivo, una garra y un hambre de victoria que hace tiempo se echaban en falta en el pentacampeón mundial.

Este nuevo Brasil se cimenta en una defensa sólida, un centro del campo con mucho músculo, capaz de no dejar respirar al adversario, y la velocidad letal de sus hombres de ataque.

El barcelonista Neymar, que cumple 22 años el próximo febrero, es el gran nombre de Brasil. Sus regates, su imaginación y su verticalidad lo han convertido en el líder indiscutible del equipo y en su máximo goleador, con 27 goles en 46 partidos.

Al margen de la figura del Barcelona, Brasil dispone de un grupo de buen nivel técnico, aunque no se prodiga en fueras de serie, quizá con las únicas excepciones del defensa Thiago Silva, uno de los aspirantes al Balón de Oro, y el lateral izquierdo Marcelo.

También son garantía de buen juego el joven media punta Oscar, del Chelsea, y dos centrocampistas con llegada como son Paulinho (Tottenham) y Luiz Gustavo (Wolfsburgo).

La posición más débil es la de delantero centro. El titular, Fred, no juega desde agosto por una lesión, y el resto de atacantes, Jo, Hulk o Bernard, no parecen estar a la altura del linaje de genios que usaron el dorsal nueve de Brasil en el pasado.

Además, el atlético Diego Costa, una de las sensaciones del momento en la Liga española, se ha decantado por ponerse a disposición de Vicente del Bosque si quiere contar con él para la Roja.

La portería también arroja ciertas dudas porque Julio César, el favorito de "Felipão", es suplente en el Queens Park Ranger, de la segunda división inglesa.

A pesar de las dudas, el buen rendimiento durante la Copa Confederaciones de 2013 ha disparado la cotización de Brasil, que está empeñado en borrar de una vez por todas la memoria del "Maracanazo" de 1950.

El fantasma de esa derrota ante Uruguay en Río de Janeiro todavía causa escozores en el autodenomidado "país del fútbol" a pesar de los cinco mundiales que la Canarinha cosechó desde entonces (1958, 1962, 1970, 1994 y 2002).

El propio Scolari, que dirigió a Brasil en 2002 y sustituyó en diciembre de 2012 a Mano Menezes, sostiene que no acepta otro resultado que no sea el título de campeón.

En pocos meses, Scolari ha mejorado la pobre imagen que acompañaba a Brasil en los últimos tiempos y, durante la Copa Confederaciones, dio muestras de que sabe manejar al vestuario y a la grada.

La pasión de los hinchas brasileños sorprendió incluso al árbitro inglés Howard Webb que, en una confidencia a Scolari, dijo que nunca había presenciado un ambiente como el que se dio en el Brasil-México.

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